D.d.r. Editorial – La entrada oficial en el espíritu navideño está consagrado por la llegada de la Inmaculada Concepción; a partir de aquí comienza un ritual que se caracteriza por una serie de hábitos, prácticas y moral. Las luces, muchas luces y una variedad de colores que hacen que todo sea más ‘llamativo y agradable a la vista. Todo ‘parece afectar también la susceptibilidad de las personas, que en este ambiente son más “propensos a saludar e intercambiar algunas sonrisas en más’. En ambas ciudades y en los pueblos pequeños. La fe cristiana sigue su propio camino para la celebración de la Navidad, que junto con Jesús nace y establecer misterio fundamental de facto de la fe católica; que representa a la Sagrada Familia con la llegada a la tierra de un niño concebido por el Espíritu Santo. Regalos, hacer el bien, deseos veces suspiro exasperado caracterizan este periodo, en el que las recomendaciones que se hicieron una vez que los niños se vuelven repentinamente igualmente válidas para los adultos. Toda persona tiene derecho a ser mejores personas. Sólo hay partido, como la soledad y las vicisitudes de la vida acentúan los recuerdos, y la ausencia de buenos y verdaderos personas cuyo deseo supera el límite de lo ordinario. Y así, el festivo de la Navidad es también la melancolía, las dificultades y el sufrimiento. Queda, sin embargo, el ritual de la Navidad que viene como viene el verano y con los mejores deseos, pero luego ¿qué? Mis mejores deseos para una buena vida, y porque comienza el nuevo año, rentable y mejor que pasó. Mis mejores deseos para nosotros, para que podamos crecer y mejorar y aprovechar esta oportunidad para celebrar y estar juntos, pero reconocen que todas las luces que se convierte en un corazón correspondiente que se apaga.